No obstante, la década no estuvo exenta de dificultades, ya que las ventas se vieron afectadas por la incertidumbre política y económica, así como por la crisis del petróleo de 1973. Si bien la distribución en el extranjero contribuyó a mantener las ventas, decidimos diversificar nuestra actividad con productos menos dependientes del petróleo y, como resultado, iniciamos una asociación con A.H. Moody and Sons para fabricar yates. Esta asociación se alargó durante 30 años con el desarrollo de casi 40 modelos nuevos en esa época y más de 4.000 yates fabricados.
Pese a ser una época convulsa, no dejamos de innovar con nuestros productos. En 1973, se eligió al diseñador John Bennett para que crear dos yates a motor nuevos que complementaran al Princess 32. El primero fue el Princess 37, el yate que inspiraría la emblemática gama de yates flybridge de Princess. Durante los primeros «años del flybridge», se presentaron nuevos modelos entre mediados de los 70 y principios de los 80. Con la ampliación de la gama, se decidió adquirir las terceras instalaciones en Lee Mill, Plymouth, un nuevo taller dedicado a la producción de moldes.